miércoles, 10 de febrero de 2016

Qué ignorancia la mía

La de hoy es una simple anécdota que me ocurrió en el aeropuerto de Budapest en 1999, cuando regresaba de Belgrado, cuyo aeropuerto estaba cerrado debido a los bombardeos de la OTAN sobre suelo de Serbia, lo que nos obligaba a ir vía terrestre de Belgrado a Budapest para tomar un avión.
Pues bien, llego al aeropuerto con hambre y voy a un humilde puesto de comida (el único abierto) para pedir algo guiado por el hambre y la pinta, ya que por el nombre (el idioma húngaro no tiene secretos para mí: ES un secreto todo él salvo köszönöm, que es como se dice "gracias"). Y poco más. Y venía con la experiencia, en ocasiones traumática, del serbo-croata (actualmente dividido en Serbio, Croata, Bosnio y Montenegrino...) en el que las vocales son un lujo que muchas veces se ahorran (por ejemplo, "plaza" se dice "trg" y se pronuncia así, como se pueda...). 
Pues bien, con estos antecedentes, en el puesto de comidas mencionado veo un bocadillo junto a los demás que tiene buena pinta y lo pido señalando con el dedo, idioma universal que no requiere traducción. Pero la chica que atendía el puesto no lo entiende y me obligó a pronunciar el nombre de este bocadillo: BLT. Vaya, por lo visto la moda "sin vocales" es común en Europa del Este y también la han adoptado los húngaros. Ella me mira como no entendiendo (lógico, no me entendía ni yo mismo!!!) e, insistiendo en apuntar mi dedo índice al deseado bocadillo, intento varias maneras de pronunciar BLT: inventándome vocales enmedio, poniendo énfasis en cada una de las letras o alargando su duración... hasta que ella cae en la cuenta y dice, en perfecto inglés: 
Aaaah, Bacon, Lettuce and Tomato sandwich.




La bebida fue mucho más fácil de pedir.

1 comentario:

  1. Muy bueno. Todos esos eslavos y centroeuropeos veien de fábrica con inmenso retardo mental.

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